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Estrategia de largo plazo

La-Haya-585x292Un fallo contundente el de la Corte Internacional de Justicia. Categórico en cuanto a la competencia del tribunal. Esclarecedor en relación al objeto del diferendo. Bolivia tiene razones para estar optimista. Se reconoció que a la fecha ni tribunales, ni acuerdos y tampoco tratados han establecido la obligación de negociar y por ello correspondería a la Corte pronunciarse al respecto.

Chile tiene razones para no ver todo en negativo. La Corte ha circunscrito su competencia a lo que entiende es el objeto del diferendo, muy diferente a lo que pretendía Bolivia. El Tribunal no estaría llamado a determinar la cesión soberana de territorio de parte de Chile. Asimismo precisó que no entiende, como objeto de su competencia,  pronunciarse si Bolivia tiene o no acceso soberano al mar y tampoco a predefinir resultados esperados de las negociaciones. Se acota así la competencia solo a la definición con respecto a la obligación de negociar.

Es así como se alargará la tarea. Ello exige definir una estrategia de largo plazo que incluso no se agotará con el fallo que dicte la Corte respecto al tema de fondo. Son necesarios ciertos lineamientos para definir bases de nuestro actuar futuro.

Es imperativo asegurar a todo efecto la unidad como política de Estado en la estrategia integral que se defina. Debemos respetar y dar valor a la Corte y sus integrantes. Es el tiempo de fortalecer la adhesión a los principios de nuestra política exterior donde no resultaría conveniente, en esta instancia, cuestionar el Pacto de Bogotá.

Adicional a lo jurídico resulta exigible dar mayor visibilidad al actuar de Chile con respecto a Bolivia. Es posible fortalecer y ampliar el cumplimiento cabal de las obligaciones, como asimismo buscar aumentar el nivel de diálogo. Hay que reducir todo antagonismo, exigiendo al mismo tiempo el respeto de las autoridades bolivianas.

Se abre un largo camino. En Chile y Bolivia debemos entender que somos vecinos. Como tales, tenemos que encontrar una fórmula lógica y razonable de entendernos y cooperarnos. Por respetable que sea la Corte Internacional de Justicia, no será allí donde se defina nuestra futura relación.

Fuente: La Tercera